Pierre-Augustin Chaboseau
Hacia
fines de la década del 1880, se funda en Francia la Orden Martinista como tal,
siendo sus fundadores el doctor Gérard Anaclet Vincent Encausse (Papus) y el
polígrafo Pierre-Augustin Chaboseau.
Tanto
Chaboseau como Papus eran, al momento de la estructuración del Martinismo bajo
la forma de Orden, jóvenes estudiantes de medicina con intereses esotéricos,
que compartían una iniciación martinista, otorgada bajo la forma
maestro/discípulo.
En
el caso particular de Augustin Chaboseau, era un incansable investigador de las
religiones, favorecido por un don de lenguas tan impresionante, que lo había
llevado a hablar desde muy joven inglés, alemán, latín, griego, italiano,
español, catalán, ruso, portugués, flamenco, sin mencionar que dominaba
dialectos tales como el provenzal, el bearnés y el gascón mientras leía textos
hindúes y budistas en sánscrito y pali.
Su
ímpetu investigativo y sus amistades familiares, llevaron a Chaboseau a ser
iniciado en el Martinismo en 1886 por su pariente, la marquesa Amélie de Boisse-Mortemart,
consagrándose finalmente en el grado S.I. Sin embargo,
el Martinismo todavía no tenía estructura en el sentido moderno del término y su
transmisión corría por cuenta de dispersas dinámicas de maestro/discípulo, por
lo que no se podía hablar aún de “Orden Martinista”.
No obstante, una coincidencia fortuita entre dos
estudiantes de medicina habitués de los círculos esotéricos parisinos y las
largas charlas sobre ocultismo y mística que de ésta derivaron, llevaron al
conocimiento de que ambos (Chaboseau y Papus) compartían la iniciación en el
martinismo. Es así como Augustin Chaboseau y Gérard Encausse deciden cofundar la Orden
Martinista, afín de poder transmitir de manera más sistemática esta iniciación.
A esta fundación se suman algunos amigos como Stanislas de Guaita, Lucien
Chamuel, Joséphin Péladan, Victor-Emile Michelet, siendo Papus el encargado de
organizar la estructura y Chaboseau de abordar y organizar toda la producción escrita
de la reciente orden, integrando a su vez parte del Consejo Supremo que la
dirigía.
Hacia
finales del siglo XIX, Augustin Chaboseau se retira de la parte administrativa
de la Orden Martinista para desarrollar una extensa actividad literaria, científica,
de traducción y de labor política, aunque su asiento en el Consejo Supremo
permanecerá vacante a la espera de su regreso. Sin embargo, durante la Primera
Guerra Mundial, el Martinismo entra en crisis. Papus había muerto de
tuberculosis mientras integraba el Cuerpo Médico del Ejército Francés y el
resto de los miembros del Consejo Supremo, o bien habían corrido con la misma
suerte o habían sido dispersados por la guerra. Ante la imposibilidad de elegir
un Gran Maestro, las logias martinistas originales entran en sueño y se abre el
camino para que determinados hermanos intenten tomar el control, llevando al
martinismo por diversas corrientes.
Ante
este panorama, Chaboseau decide reunir a los restos del antiguo Consejo Supremo
y fundar en 1931, la Orden Martinista Tradicional como una forma de conservar
el martinismo “fundacional” de la época de Papus.
Chaboseau
jugará un papel clave durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la persecución hacia
las actividades iniciáticas alcanzará cotas nunca antes vistas, haciendo que
las logias martinistas se mantengan en funcionamiento en la clandestinidad, aún
a riesgo de su propia vida.
Finalmente
alcanzará la paz en 1946, siendo su legado una tradición iniciática cristiana
que perdura hasta el día de hoy gracias a su valentía y a su ímpetu
conservacionista.
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