Grigori Mebes

 

Grigori Ottonovich Mebes






Grigori Ottonovich Mebes, también conocido como GOM, probablemente sea el Maestro del Pasado más injustamente tratado del que se tenga memoria. Poco se sabe de su infancia. Se conoce con certeza que nació en Riga en 1868 y que se graduó en Física y Matemáticas por la Universidad de San Petersburgo en 1891. A partir de allí, inició una dilatada carrera como docente en escuelas vinculadas a la formación cortesana y de la nobleza zarista.

Pese a esta carestía de datos sobre su juventud, podemos especular varias cosas. Es probable que Mebes haya nacido en la nobleza (hay quienes le atribuyen el título de barón) o que su padre haya sido un profesional adinerado de origen alemán, tal como lo da a entender su nombre germano: Otto. Sea como sea, Mebes pudo acceder a educación universitaria, cosa que solo estaba al alcance de la nobleza, y ejerció de profesor en academias donde solo podían ingresar los contactos propios de un noble de rango medio.

Dos cosas son seguras: Grigori Ottonovich Mebes sabía leer en francés y estaba versado en la obra de los esoteristas franceses, desde Eliphas Levi hasta sus propios días. Esto resulta muy importante para indagar en su formación esotérica, ya que Mebes nunca salió de Rusia, y las órdenes iniciáticas siempre fueron perseguidas en su país, desde los tiempos de la Revolución Francesa. Es probable que Mebes, gracias a su formación académica y su conocimiento del francés, se haya formado en el ocultismo de manera autodidacta, siguiendo la senda de los ocultistas franceses… quienes tenían la costumbre de dejar “claves” en sus libros y formar discípulos por correspondencia.

Dejando de lado la formación esotérica particular de Mebes, ésta fue lo suficientemente sólida como para impresionar a Czeslaw Czynski, quién se había iniciado como martinista en París, era colaborador de Papus y había sido comisionado para sanear el funcionamiento de los capítulos martinistas en Rusia. Su impresión fue tan favorable, que inició a Mebes directamente como Superior Incógnito y le asignó la tarea de dirigir el capítulo martinista de San Petersburgo, a pesar de que Mebes no tenía experiencia y jamás había sido iniciado formalmente.

La dirección del capítulo martinista de San Petersburgo no era un asunto simple. El predecesor de Mebes era un hombre que privilegió los vínculos políticos y se desentendió de las labores espirituales y de instrucción. La consecuencia de su desidia fue que Mebes recibió un capítulo plagado de personas iniciadas directamente en el Tercer Grado, que jamás habían sido instruidas y cuyos conocimientos no coincidían con el Grado que ostentaban. Ante esta situación, Mebes ideó un método que combinaba la ritualística de la Orden Martinista con conferencias magistrales sobre esoterismo, para acelerar la instrucción de sus discípulos. Este método dio tan buenos resultados, que los martinistas de San Petersburgo transcribieron las conferencias y las editaron bajo el título de Curso Enciclopédico de Ocultismo, usándolo como manual de consulta. 

Para 1912, la formación superior de los martinistas petersburgueses, hizo que empezaran a destacar por sobre los de Moscú… lo que motivó una serie de conspiraciones, que terminaron con la expulsión de Mebes de la Orden Martinista. Aun así, Mebes persistió con su método e hizo de San Petersburgo una “Provincia Autónoma Martinista de Obediencia Rusa”.

Mebes destacaba por su erudición esotérica, producto de su familiaridad con los libros, y por su flexibilidad y capacidad de síntesis, fruto de su experiencia docente… pero su verdadero legado yace en su compromiso inquebrantable con la instrucción martinista. El encontró una manera de ayudar a formar a sus discípulos y la sostuvo hasta el final.

Grigori Mebes se consagró con constancia y dedicación a instruir a sus hermanos en todo lo que pudo, sin importar las consecuencias. Instruyó a sus discípulos, sin pensar que la envidia de los martinistas de Moscú le llevaría a ser expulsado de la Orden. Instruyó a sus discípulos en la clandestinidad, pese a que los bolcheviques prohibieron las sociedades secretas. Instruyó a cualquier buscador que se le acercara pidiéndole guía y consejo, pese a que la policía secreta soviética estaba al acecho… y siguió instruyendo hasta que esa misma policía secreta lo descubrió en 1926.

Grigori Ottonovich Mebes murió en un campo de trabajos forzados en Siberia, en algún momento entre 1930 y 1934. Aun se desconoce donde fue enterrado. No obstante, su sincera y silenciosa labor de enseñanza dio frutos. Se nota en el Curso Enciclopédico de Ocultismo, que se tradujo a cuatro idiomas, pese a que no siempre se le dio el crédito al autor. Se nota en Brasil, donde tres de sus discípulos conservaron sus apuntes de clase y los editaron como libro. Se nota en Chile, donde uno de sus discípulos fundó una logia y difundió su filiación en la mitad de Sudamérica. Se nota en los libros de Serge Marcotoune y de Valentín Tomberg, quienes lo conocieron y apreciaron. Se nota en el Tarot, donde no menos de tres barajas se inspiraron en sus ideas… y, finalmente se está notando en Rusia, donde, tras la caída del comunismo, se apresuraron a reeditar y estudiar su obra. 

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