El simbolismo de la Torre de Babel - Serie Simbólica 1

El arte del análisis simbólico no puede trasmitirse mediante un método lógico, académico o pedagógico. Es algo esencialmente práctico. Consiste en una forma particular de vincular conceptos que, en apariencia, están completamente desconectados. El vínculo descubierto, siempre resulta unificador y transformador del símbolo. Es la elaboración de un nuevo concepto que sintetiza los anteriores. Es la Unión de los Opuestos.

Durante éste proceso aparece una forma especial de intuición que nos facilita la conexión buscada. Ella es un agente de la gnosis. Una especie de musa inspiradora que ilumina nuestra mente y nuestro corazón. Esta intuición, es el aleteo de Aurelia, la mariposa gnóstica. El símbolo develado atraviesa un proceso de metamorfosis. De críptica crisálida a deslumbrante mariposa del conocimiento, que refleja los múltiples colores de la Sabiduría. Los símbolos son sólo fragmentos de una única Luz que contiene a todas las demás.

Como la serie trata sobre el lenguaje simbólico, entonces, qué mejor que ocuparse primero del simbolismo de la lengua misma. Bajo ésta consigna, es apropiado escoger la torre de Babel como primer símbolo a develar. Porque ha sido ampliamente difundido y todos tenemos una imagen o una idea sobre él.

En éste caso nos ocupamos de un símbolo literario. Sin embargo, pasa más tarde a ser representado de manera figurativa y fue motivo de muchas obras de artes. Lo que le sucede a la torre de Babel, es común a muchos símbolos antiguos. Habiendo nacido en la expresión oral, luego pasaron a la lengua escrita, a los grabados, a la pintura, a la escultura, etc. Esto manifiesta una propiedad importante de los símbolos, que es la capacidad de ser expresados por múltiples medios. Conviene observar, que son siempre formas artísticas. Las cuales pueden ser tanto sagradas como profanas.

La fuente bíblica es el Génesis, cápitulo 11, en sus nueve primeros versículos. El relato cuenta que en la antigüedad, todos los hombres hablaban el mismo idioma. Que se establecieron como un sólo pueblo en una llanura y comenzaron a elaborar ladrillos. Y con ellos, decidieron construir una ciudad y una torre con la finalidad de hacerse famosos por si se dispersaban por toda la tierra. Entonces, Yahveh, al ver su obra, decidió confundir su lenguaje para dispersarlos por toda la tierra.

El análisis simbólico no apela a la cuestión histórica como explicación central. Por lo tanto, los textos, sean sagrados o profanos, deben ser considerados mas como fuentes literarias que como relatos históricos. No interesa si la torre de Babel fue un zigurat. Ni siquiera si realmente existió alguna vez.

Conviene mejor preguntarse otras cosas que nos serán más provechosas a nuestros propósitos. Comencemos por interrogarnos por qué se incluiría en el Génesis un relato sobre el origen de las lenguas. Quizás, la conexión esté en que esta leyenda puede describir algo particular sobre el significado simbólico del lenguaje. Indaguemos, entonces, acerca de otras referencias al lenguaje en el mismo texto.

En el cápitulo segundo del Génesis, en los versículos de 19 al 23, Yahveh crea a los animales del suelo y los lleva ante Adán para que les ponga nombre. Sin embargo, el hombre no encontró ayuda en los animales, y Yahveh crea a la mujer. Entonces Adán le da el nombre de varona, porque provenía del varón.

Este relato nos aporta nuevas luces sobre el lenguaje. Adán pone los nombres a los seres creados por Yahveh. Vemos que el hombre primordial, participa de la acción demiúrgica divina. Lo hace mediante el lenguaje, la palabra o el verbo. Entonces, la lengua primitiva de los hombres es una lengua sagrada, capaz de completar la obra Divina. Podríamos decir, que estamos frente a una operación teúrgica. Donde Adán, colabora con la Obra de Dios a través de la palabra.

Con este significado teúrgico sobre el simbolismo del lenguaje, volvemos al suceso de la torre de Babel. Los hombres eran un sólo pueblo. Esto significa que eran una comunidad, que hablaban todos la misma lengua sagrada. Es decir que esta comunidad, no es otra cosa que el propio Hombre Primordial. El mismo que era capaz de poner nombres a la creación de Yahveh. Según el relato, está comunidad decidió hacer su propia obra, la torre de Babel. Además, decidió morar en ella, ya que construyó una ciudad a tal fin. Cuando Yahveh vio la obra de los hombres, se dio cuenta que ya no colaborarían con él. Sino que harían según su voluntad lo que quisieran. Entonces decidió dispersarlos. A lo cual, confundió la lengua sagrada de tal forma, que esa comunidad ya no podía comunicarse entre sí. Pero tampoco con Dios, pues habían perdido la lengua original.

La torre de Babel es un relato cosmogónico, que ilustra de manera teúrgica la Caida del Hombre Primordial. Entonces, si ésta es la cosmogonía que explica el estado actual de la humanidad, deberíamos encontrar un relato donde se nos indique, con el mismo simbolismo del lenguaje, la operación teúrgica opuesta. O sea, la Reintegración.

Este relato lo encontramos en el capítulo 2 de los Hechos, donde se describen los acontecimientos del Pentecostés. Luego de la muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles se encuentran reunidos en una casa. Entonces, irrumpe el espíritu santo y sobre ellos se posan lenguas de fuego. Y cada uno de ellos comienzan a hablar en idiomas que les eran desconocidos. Este Don de lengua, les permite predicar a todos los pueblos de la tierra la palabra de Dios.

En el relato de los Hechos, claramente se revierte lo sucedido en Babel. Por medio del Espíritu Santo se pone fin a la confusión de lenguas. La palabra de Dios es derramada, finalmente, sobre todos los pueblos de la tierra. Por lo tanto, los pueblos pueden ser reunificados a través de la Palabra Divina. La reconstrucción del Hombre Primordial, que en la teúrgia corresponde a la Reintegración, es operada mediante el lenguaje. Esto viene a reforzar que el simbolismo de Babel corresponde a la Caída.

Frederik

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