Los símbolos no sólo
tienen manifestaciones gráficas y literarias. Dentro del simbolismo
se encuentran las actuaciones teatrales. La antigua dramaturgia
deviene de las representaciones litúrgicas de los misterios. Por lo
tanto, cabe aplicar el análisis simbólico de la representación
teatral a ciertos ritos religiosos que, siendo externos, encierran igualmente un significado esotérico. El cuál, puede ser develado fácilmente por el iniciado.
Tomaremos como ejemplo
del simbolismo teatral litúrgico las representaciones del Vía
Crucis y de la misa de Resurrección que celebra el catolicismo.
Aclarando, que sólo escogemos el catolicismo por ser el más común
en nuestro medio. Ya que con la misma mirada, podemos abordar ritos
religiosos de otras iglesias y llegaríamos a conclusiones
equivalentes. Porque, la finalidad es observar que los elementos
heredados de otros tiempos, aún nos muestran vestigios de la
tradición original en cualquier religión cristiana seria.
Durante el vía crucis se
representa el conocido camino al calvario. Esta dramatización
comenzó con la costumbre de los peregrinos de recorrer en tierra
santa los diferentes sitios a los que se les atribuye los sucesos de
Jesús. Sin embargo, las dificultades de peregrinar hasta Jerusalén,
impulsó una sustitución de los lugares sagrados por sitios
alegóricos en las iglesias. Las primitivas peregrinaciones incluían
siete u ocho sitios. Muchos de los cuales están excluidos del via
crucis actual. Como por ejemplo, el balcón desde donde Pilatos
declaró “Ecce Homo”. Con el transcurso de los siglos, la
jerarquía católica estableció cierta normativas y fijó el via
crucis en catorce estaciones. No hay espacio aquí para analizar el
interesante simbolismo de las antiguas, ni de las actuales
representaciones. Pero, podemos afirmar que estas alegorías de la
denominada Pasión de Cristo, son un símbolo del martirio y el
sacrificio. Siendo este significado el más evidente y, también, el
más profundo.
En el aspecto esotérico,
debe entenderse que este sufrimiento nos habla de un sacrificio
interno, que debe suceder en nuestro propio microcosmos. El vía
crucis, es la representación externa de la operación que Saint
Martin, en el Hombre Nuevo, denomina
el Dios que sufre. Esta
operación, implica remover las cosas más densas y obscuras de
nuestra alma, con el fin de purificarla y liberarla. El esoterista no
puede interpretar externamente estos sucesos, y creerse salvo sólo
por conmoverse ante la Pasión. No puede dejar de ver en esta misma
Pasión un claro ejemplo a imitar con las dolorosas purificaciones
por las que su alma deberá pasar antes de ser Iluminada por la Luz
Espiritual. Éste proceso, representa un martirio íntimo y
necesario. Ineludible para la regeneración espiritual. Si lo vemos
sólo de una forma exterior, sería una identificación basada en el
sentimentalismo, y no en la espiritualidad profunda. Saint Martin
señala que primero el Dios que sufre
debe atravesar por completo nuestro Ser, para que luego, el Dios
de los Seres pueda habitar en
nosotros.
La
segunda cuestión que vamos a tratar, debido al escaso espacio del
que disponemos en éste medio, es la denominada misa de resurrección.
Aunque algunos elementos se han perdido hoy en día, sin embargo se
mantiene a grandes rasgos este rito. El sábado santo es, en teoría,
el único día del año en el que el templo permanece cerrado. No
hace muchos años, las imágenes y toda representación eran tapadas
con telas negras en señal del luto. Los fieles se congregan a la
media noche en punto en la entrada de la iglesia, donde hay un
brasero encendido. El cirio pascual toma luz de éste fuego. Cada
fiel porta una vela apagada, la cual es prendida desde el cirio
pascual en el exterior del templo. Luego del encendido de la velas,
en el más profundo silencio, los fieles ingresan en
procesión al templo, que se encuentra sumergido en la obscuridad.
La
misma interpretación religiosa identifica las luminarias con el
Cristo. El cirio pascual es asimilado como el cuerpo mismo del
redentor. Continuando nuestro análisis simbólico, podemos ver un
claro proceso teúrgico, donde el fuego primitivo del brasero,
representa la vida primordial y espiritual emanada constantemente del
Dios de los Seres. Las luminarias encendidas constituyen las almas de la humanidad caída regenerada por
la Luz. Éstas almas, han sido iluminadas por las purificaciones y el sacrificio íntimo del Dios
que sufre. Las almas animadas por la misma Luz Espiritual, unidas en procesión, constituyen la esencia de la denominada Gran Operación. En ella se
reconstruye la Humanidad Espiritual. Es la Reintegración del Adam
Kadmon u Hombre Primordial.
Este rito, simbólicamente, representa la recomposición de la
Comunidad de Almas, o la Restitución del Reino del Hombre.
En éste breve análisis, vemos como las dos grandes operaciones - la del
Dios que sufre y la
Reintegración - pueden
ser apreciadas por el iniciado, aún en una celebración
completamente externa. Sirva éste modesto ejemplo para advertir
que el símbolo no distingue entre religión y esoterismo. Sino, que
estas categorías las impone quien lo interpreta. Es nuestra
mirada, parcial y limitada, la que no puede ver la hondura completa
del significado espiritual, que siempre está presente.
"Efectivamente, para los que hayan sabido dejar que entre en ellos el Dios que sufre, el círculo de las cosas terminará con estos dulces consuelos, pues el círculo de las cosas no se compone más que de seres que están en contracción y sufriendo, lo que hace que el universo entero nos muestre al Dios que sufre, lo mismo que puede hacerlo el estado penoso de nuestra alma."(1)
"Efectivamente, para los que hayan sabido dejar que entre en ellos el Dios que sufre, el círculo de las cosas terminará con estos dulces consuelos, pues el círculo de las cosas no se compone más que de seres que están en contracción y sufriendo, lo que hace que el universo entero nos muestre al Dios que sufre, lo mismo que puede hacerlo el estado penoso de nuestra alma."(1)
Frederik
(1) Louis-Claude de Saint-Martin - El Hombre Nuevo - Luis Cárcamo, Editor San Raimundo, 58 28039 MADRID - 1.993 - Nº 6 - Pg. 37.
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Algunos Aspectos del Simbolismo Ritual de la Pascua - Serie Simbólica 5 por Sociedad de Estudios Martinistas se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.
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