Los textos esotéricos son escritos bajo un doble discurso que propicia las múltiples interpretaciones simbólicas. Ellas son la esencia críptica y oculta de la sabiduría que encierran estas obras. Esta técnica de escritura provoca que el neófito se pierda rápidamente siguiendo un camino interpretativo equivocado. Dentro del casi infinito acervo de bifurcaciones simbólicas y literarias con que cuentan los escritores, encontramos un continuum denominado microcosmos/macrocosmos. Cuestión que conviene estudiar por estar estrechamente vinculada al teurgismo íntimo martinista.
Las
nociones de macrocosmos y microcosmos, reposan sobre la analogía
entre lo individual y lo universal. Partiendo de la unidad del todo,
cuando concebimos al individuo, nos vemos obligados a reconocer que
lo individual proviene de lo universal. Pero, además, siendo que la
Unidad abarca la totalidad de la Creación, debemos admitir que el
individuo forma, necesariamente, parte del Todo y que jamás puede estar
fuera de Él. Por lo tanto, el individuo, como parte integrante del
Todo debe guardar una correspondencia o analogía
con el Todo. Esta analogía descansa en que la Unidad es un modelo de
Equilibrio Universal que se conserva a sí misma sin necesidad de nada
externo a ella. Éste Equilibrio se opera por la Armonía de la
Partes que la integran.
Siendo un individuo una entidad, para mentenerse íntegra en sí misma,
debe necesariamente atesorar un equilibrio interno. Es decir, que a fin de conservarse, lo individual debe adoptar un orden
interno que reproduzca, en cierto grado, la Armonía Universal. Esto,
sólo es posible por algún tiempo y lo individual, más tarde o más
temprano, está condenado a desaparecer.
Existen
varios sistemas simbólicos tradicionales para representar la Armonía Universal.
Por ejemplo, la música, la pintura, la escultura, la poética, la
oratoria, etc. Uno de los más conocidos en occidente es el conjunto de la
aritmética y la geometría sagradas. Existen sistemas muchos más
antiguos como los alfabetos y los números que constituyen verdaderos
hieroglíficos. Todos estos sistemas tienen en común que explican la
Armonía Universal como la forma de reunir los elementos
primitivos para que constituyan una unidad en sí misma. Éste mismo
enfoque es el que propone Saint Martin en su Tableau
naturel des rapports qui existent entre Dieu, l'Homme et l'Univers.
La
Armonía Universal establece las vinculaciones entre las diferentes partes
de la Unidad. Ella constituye la amalgama que mantiene unido el Universo. Siendo éstas relaciones una serie de Leyes metafísicas,
son aplicadas de forma invariable sobre toda la Creación. Por lo
tanto, la analogía entre el continuo macro y microcosmos, se
sustenta enteramente en ella.
Desde
el punto de vista del teurgismo íntimo martinista, la Armonía
Universal es el mecanismo natural que propicia la Obra. Siendo el
Amor Divino el impulso que vivifica y actualiza dicha Armonia.
Podemos ver en esta fuerza de Vida Universal una unión a través del
equilibrio interno del Teurgo íntimo con la Unidad. La vía
martinista nos propone obtener en nosotros éste orden que es la
imagen y semejanza del Orden Universal. Nos insta a equilibrarnos
según está equilibrada la Unidad. Entonces, a medida que
regeneramos nuestros elementos constitutivos y los alineamos según
el Orden Macrocósmico, encontraremos la conexión con lo Superior.
Descubriremos en nosotros mismos la relación que existe entre
nuestro pequeño equilibrio y el Gran Equilibrio. Así, podemos
fundirnos en la Unidad Universal, que es el Origen y el Fin de todos
los individuos.
Nadeo
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El Macrocosmos como síntesis de la Armonía Universal - Serie Breve 17 por Sociedad de Estudios Martinistas se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.
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