martes, 9 de septiembre de 2014

Los Orígenes de la Rosacruz - Serie Rosacruz I



Los tres manifiestos alemanes son las fuentes históricas puras del rosacrucismo: La Fama Fraternitatis, La Confessio, y Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz . La Fama, que data de 1614, es una de las numerosas propuestas de reformas sociales que aparecían en la Europa de aquellos años. Es un texto plagado de sarcasmos, que critica precisamente la moda de las reformas. Sin embargo, es clarísimo al oponerse a todas las iglesias, reformadas o no. El escrito posee dos partes bien diferenciadas. La primera, un plagio menor de una obra satírica italiana publicada en 1612; y la segunda parte, un relato detallado de la vida del mítico fundador de la supuesta fraternidad rosacruz, al que se lo nombra sólo por sus iniciales: C.R. Por el contexto histórico y el estilo del texto, este personaje es meramente mitológico y se trata de un relato puramente simbólico. La Confessio aparece en 1615 y sigue el mismo estilo de la fama, ya que la primera parte es otro plagio, esta vez a John Dee. En la segunda parte el tono sarcástico asume una visión apocalíptica, donde se avecina el fin del mundo y el papa es el anticristo. Esta sátira está plagada de elementos opositores a toda iglesia, pero agrega datos que contribuyen a la mística de la fraternidad rosacruz. Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz, data de 1616. En ella se nos revela el nombre del misterioso hermano C.R. En este texto, sólo encontramos un relato simbólico que trata sobre alquimia y numerología. Nos enteramos como el fundador de la fraternidad rosacruz se somete a duras pruebas iniciáticas durante siete días, y al cabo de las mismas es nombrado Caballero de la Piedra de Oro.

Al tratarse de narraciones simbólicas, no es fácil explicar quienes son en verdad los rosacruces. Creemos que una pista importante se esconde en el simbolismo de los relatos posteriores a los manifiestos, en que se nos cuenta como se convierte alguien en rosacruz. Las crónicas, en su gran mayoría, nos dicen que la fraternidad acepta a un miembro luego de que este ha logrado un gran avance en el Arte. Esta persona, generalmente predestinada, gracias al alto grado de realización en alguna vía particular, se convierte en posible miembro de la fraternidad. Por lo tanto, un rosacruz no se ha realizado en la fraternidad, sino que ha tenido que alcanzar el adeptado, o un alto rango, en otra vía antes de convertirse en rosacruz. Esto nos indica que la rosacruz es una organización sólo de Adeptos. No hay porque detenerse, como han hechos otros autores retrógrados, en la conclusión de que la rosacruz simboliza el estado del adeptado. Sobre todo, porque la rosacruz es manifestada como una hermandad, un cuerpo colectivo entre pares. Por lo tanto, debemos entender, entonces, a la fraternidad rosacruz, como un simbolismo que hace alusión a un grupo de adeptos o líderes, de diversas vías, reunidos alrededor de cierto objetivo común. Esto no es algo novedoso, porque las relaciones entre los grandes filósofos y sus contemporáneos esta ampliamente documentada, mucho antes de 1614. Con lo cual, es fácil comprender que aquellos que tienen los mismos intereses, aunque habiendo llegado a la comprensión de los Arcanos por diferentes medios, encuentren útil reunirse para abordar algunos temas en conjunto, que afectan a la mayoría de los iniciados.

Podríamos afirmar que los rosacruces, bajo éste u otro nombre, existían con anterioridad a 1614, tal como lo dejan entrever los mismos manifiestos. Al no tratarse de una organización iniciática específica, sino de un movimiento en el que se han reunido a los líderes de distintas vías, conviene indagar sobre cuál es el fin que podrían tener estos adeptos para trabajar en conjunto. Es verdad, que una unión semejante debe obedecer a un cúmulo de propósitos. El más evidente, es el intercambio de ideas y conceptos. Sin embargo, este intercambio no requiere de una acción grupal coordinada. Por lo que debe haber otro motivo que justifique la alianza.

Observemos que la fraternidad rosacruz sale a la luz en un período particularmente turbulento, donde existe la posibilidad de que la intolerancia religiosa cambie, al menos en algunos países, y la iglesia deje ser un yugo dogmático y supersticioso para la mayoría de las personas. Es probable, que los adeptos de esa época unieran sus esfuerzos para aprovechar la oportunidad de reforma y terminar con la persecución hacia los iniciados y los filósofos que prefieren, desde siempre, la libertad al dogma. Lo que justifica la fuerte crítica de los manifiestos a cualquier forma de iglesia.

Si bien, esto explica la unión en las circunstancias en que aparecieron los tres manifiestos, es necesario comprender que una unión equivalente en otras épocas debe perseguir fines análogos. Lo que nos lleva a concluir, que los motivos que propician la cooperación de un grupo de adeptos de distintas vertientes, están vinculados a la manera en que se protege y se conserva la Tradición Occidental y sus distintas vías. Conviene recordar aquí, que el relato simbólico en el que Christian Rosenkreutz es iniciado, nos habla de una boda, al que es invitado a los 81 años. Y en esta boda, que por cierto no es la suya, sino la del rey y la reina, él junto a otros, son nombrados Caballeros de la Piedra de Oro. A la luz de los que hemos revelado, podemos admitir otras interpretaciones para los manifiestos. La boda química del rey y la reina, no es más que una metáfora de la unión de los Adeptos de las distintas escuelas de misterios de aquellos tiempos, y que C.R. sea convocado al final de su vida, significa que el había realizado ya el adeptado en su vía particular.

Es probable que estos grupos de adeptos no deben de haber tenido una continuidad histórica, sino que se han caracterizado por la flexibilidad en su composición y participación, dado que la Tradición Occidental ha ido adaptándose y la vías tomaron distintos ropajes a lo largo de los siglos. Además, puede que varios grupos independientes hayan actuado en la misma época. Por lo tanto, es lógica la falta de documentos, la ausencia total de una vía rosacruz específica de realización, y una sospechosa ausencia de continuidad en el linaje en sus miembros. Todo esto, contribuye a que su historia sea esquiva, a que estos grupos se hayan ocultado fácilmente debajo de la superficie. Incluso, en el esoterismo, sus señales son apenas distinguibles, y sólo podemos reconocer ciertas acciones específicas que han tenido por objeto proteger y conservar la Tradición Occidental. Lo que también explica el hecho de que existan líneas tan diversas y numerosas que se atribuyen una conexión o un origen rosacruz. Esta interpretación, igualmente, encaja con la reputación de fraternidad conspirativa que ha ganado la hermandad entre los profanos. En definitiva, si corremos el velo de las leyendas, en pos de una explicación sencilla y directa, todo nos lleva a pensar que los rosacruces son una organización de segundo orden, una especie de cofradía o colegio superior de Adeptos cuyo fin, no es la realización espiritual, que cada uno la trabaja según su propia vía, sino la cooperación para proteger y conservar la Tradición Occidental.

A lo largo de esta saga, consideraremos a los rosacruces como aquellos líderes que, perteneciendo a diferentes vías, trabajan con el fin común de conservar y proteger la sabiduría esotérica de occidente. Veremos, que existen distintos grupos de conservadores y que los que se autodenominaron rosacruces, son sólo uno entre muchos de estos colegios cuyas intervenciones pueden ser rastreadas a lo largo de los siglos. Esta serie está dedicada a investigar como la acción de estos protectores y conservadores del esoterismo occidental influyeron en la creación del martinismo.


Atanasio


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