La Tradición Occidental según el martinismo - Saga Esencial I - Serie Breve 27

El esoterismo consiste en resolver una sola pregunta: ¿qué es la Tradición Occidental?(1) Muchos autores han dado diferentes respuestas a éste interrogante que nos llega desde la cuna de los tiempos.

Podríamos decir que la historia del esoterismo está forzosamente ligada a la historia de la Tradición, y que la una y la otra constituyen una unidad indisoluble. No hablamos de historia en una concepción cientificísta, sino en una concepción cíclica. Es decir, que la Tradición occidental posee una unidad, o lo que es lo mismo una finalidad última. Por lo tanto, la concepción histórica a que nos referimos no sólo mira el pasado o el origen de la Tradición, sino que abarca el futuro y el fin de la misma. Es así, que esoterismo y Tradición, constituyen un continuo temporal, sin principio ni fin, que desafía la concepciones cartesianas del tiempo y del espacio. Los diferentes aspectos de la Tradición conforman un círculo, y no una línea recta. La Tradición es una y única, tanto en el pasado como en el futuro. Sólo la concepción mental del hombre introduce la visión temporal del presente que distingue el pasado del futuro.

Numerosos son los símbolos que expresan esta cuestión, esta falsa polaridad de lo temporal es producto de la estrechez de percepción del hombre caído. Citamos a Jano, el dios romano que posee dos caras, una mirando hacia atrás y otra hacia adelante, representando la unidad del ayer y del porvenir. La tercera cara de Jano, es decir, el presente no se representa porque es imposible de atrapar. Mientras leemos estas líneas y nos concentramos en ellas, infinitos eventos suceden a nuestro alrededor que se nos escapan. Cada instante, un universo entero se crea y se destruye. Nuestro foco de percepción consciente, sólo se puede fijar sobre algún fenómeno, generalmente insignificante. En el martinismo esto se ha representado por el número diez, signo de la circularidad del tiempo, que en nuestro pantáculo rodea al hexagrama. Papus, solía circunscribir el pantáculo de la orden dentro de un Ouroborus, la serpiente que se muerde su propia cola, para resaltar la idea de la unidad y de la circularidad del tiempo.

La mayoría de los autores, cuando han definido a la Tradición no pudieron despegarse de la idea de que es aquello que se trasmite, que pasa de generación en generación de una forma casi inalterable. Esta visión historicista, sólo mira hacia el pasado, y deja de lado el futuro, y con él el fin último de la Tradición. Para dar una respuesta aceptable a qué es la Tradición, es necesario abarcar el pasado y el futuro. Es decir, el ciclo completo. Entonces, debemos poder indicar una doble causa, que en realidad debe ser única si la proyectamos en el continuo de un tiempo circular. Así, tendremos una causa de origen y una de destino o finalidad. La causa de origen, la constituye la cosmogonía. La causa de la finalidad es la escatología. Podremos afirmar que, desde el punto de vista del martinismo, la Tradición es el proceso entre la Caída y la Reintegración del Hombre Universal. Este es el alfa y el omega, el principio y el fin de la Tradición. El principio y el fin del Ciclo de la Humanidad. Entonces, basta comprender que la naturaleza cristiana del martinismo encuentra su razón en la misma naturaleza crística de la Tradición. La concepción crística, nos lleva a concluir que Caída y Reintegración, es el Ciclo Universal del Hombre Dios. La demiurgia, desvío de la cosmogonía, es restituida por la teurgía que rompe el círculo de la cosas o mundo material. La reconstrucción del Cristos Universal, es la causa y la finalidad de la Tradición. El fin de los tiempos se concreta por la Unión Universal de todo lo creado en un único Ser cósmico, de vida y existencia perfectas e imperecederas. Es así, que la Filosofía de la Unidad que atesora el martinismo, es atemporal y actúa en todos los planos y en todos los mundos posibles, constituyéndose por la Gracia de los atributos de la Omnipotencia y de la Omnipresencia Divina.

Constancio

(1) Cabe aclarar que el texto se refiere a esoterismo en su sentido estricto. Por lo tanto, sólo existe en Occidente, dado que en Oriente las escuelas jamás tomaron la forma mistérica.

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